Para todos los que conocimos en persona y a través de su gran obra y su lucha a don Sixto Palavecino, como para los que amamos nuestro folklore nacional, nuestra alma esta de duelo!
Pero en mi caso particular, se mezcla el dolor con la satisfacción de haber disfrutado y compartido hermosos momentos con él personalmente, eso es algo que gracias a Dios, nadie me lo ha de quitar!
Una hermosa experiencia para comentar…
La vida y el canto nos cruzo a mí y a Don Sixto, y gracias a eso puedo guardar este hermoso recuerdo y llevarlo por siempre en mi corazón!
Cuando comencé mi camino con el canto, en septiembre de 1981, costaba ganarse un lugar para poder cantar en el Salón Auditorio de Radio Provincia de La Plata, yo pude abrir la puerta gracias al primer premio que gane en Peña “El Estribo” esto me dio el lugar tan esperado de poder cantar en Radio Provincia, y así logre compartir escenario y disfrutar hermosos momentos de mi vida, junto a grandes figuras de nuestro folklore nacional.
Una de esas tardes, fui invitada por el “Negro” Olivera, a cantar en Radio Provincia eran maravillosos esos encuentros, compartiendo en vivo con el público en frente de uno, y más con los grandes de nuestra música, era para mi una prueba de fuego a parte de ser un sueño hecho realidad!
Esa tarde había muchos compañeros de huella para cantar, hablo de los cantantes y músicos que recién comenzábamos nuestro largo camino a recorrer, y luego siempre cerraban dicho espectáculo los grandes famosos de nuestro folklore, a mi me toco ese día el ultimo lugar en la larga lista, cante cinco temas y cuando culmino mi actuación… ¿Quién apareció de repente y tenía en frente de mi para subir al escenario?
Siii… nada más ni nada menos que a Don Sixto Palavecino!!! Que emoción por Dios!!!
Como todo un caballero tendió su mano para ayudarme a bajar del escenario, ni dude un segundo en darle mi mano, ahí nomás le dije muchas gracias maestro que emoción! Que gusto y que lujo conocerlo en persona, me llamo Mónica Aicardi y soy de aquí de La Plata, encantado señorita me dijo, el gusto es mío y muchas gracias por sus palabras, ahora voy a ubicarme con mis músicos en el escenario y luego seguimos charlando, si maestro, con mucho gusto, vaya tranquilo yo lo disfrutare junto a mis músicos y aquella señora que esta allí sentada le señale, bueno gracias me dijo.
En esos momentos pasaban la publicidad al aire, mientras fuimos a ubicarnos en las butacas, yo en ese entonces tenía un guitarrista y un bombisto los cuales saludaron también a Don Sixto por supuesto, luego de unos pocos segundos veo que me hace señas desde el escenario y me dice… ¿Señorita puede acercarse al escenario por favor? El asombro no entraba en mi cuerpo, tocando mi pecho le dije… ¿A mi me llama maestro? Si si a usted, ahí nomás me levante y fui rápidamente al pie del escenario, ni bien llegue le pregunte… ¿Que desea maestro en que lo puedo ayudar? Entonces se agacho y muy cerca de mi oído en voz baja me dijo…Quería pedirle permiso para que me preste su bombisto para que me acompañe, el mío tubo un problema y no pudo venir…
Pero como no maestro, le conteste, desde luego que si, es un orgullo para nosotros el poder ayudarlo y compartir con usted, mi bombisto no lo podrá creer, ahí nomás fui a decirle a mi bombisto y en cuanto le dije se me emocionó de tal manera que le brillaban los ojos, y se encaminó rápidamente al escenario, y acompaño a Don Sixto como si lo hubieran ensayado, luego que se despidió del publico, nos dio las gracias y se quedo charlando un rato con nosotros, después atendió al publico que se acercaba a pedirle su autógrafo y a felicitarlo!
Que humildad y sencillez la de Don Sixto, Un grande de verdad!!!
Después pasaron veintitres años y en el 2004 la profesión y el destino me llevaron a Santiago del Estero, a Radio Nacional, programa El alero quichua, de Don Sixto Palavecino, conducido por su hijo Rubén, el cual me recibió con los brazos abiertos al igual que todo el equipo del programa, y demás personalidades que conocí en esa oportunidad.
Le comente a Rubén la historia de como conocí personalmente a su padre en Radio Provincia de la cuidad de La Plata, y luego de escucharme me pregunto… ¿Te gustaría volver a verlo? Y con gran alegría le dije por supuesto que si, le pedí por favor me llevara a visitarlo, entonces Rubén me llevo hasta el domicilio particular de Don Sixto.
Cuando volví a verlo después de tantos años, ya con su cabellera blanqueada, y sujeto a una silla de ruedas, una inmensa emoción y ternura se me gano dentro del alma, un inmenso abrazo nos unió y luego se quedó mirándome, entonces le dije con lagrimas en los ojos… Se acuerda de mi maestro? Yo soy aquella señorita a la que usted una tarde del año 1981 me tendió su mano para que yo bajara del escenario del Salón Auditorio de Radio Provincia de la ciudad de La Plata y luego me pidió el bombisto prestado para que lo acompañe… se quedo pensando unos segundos… y sonriendo me contesta… ah si ya recuerdo… que tal muchacha como le va tanto tiempo? Bienvenida a mi casa! Que anda haciendo por estos pagos?
Entonces le conté que unos amigos santiagueños me invitaron a viajar a Santiago y llegar hasta Radio Nacional a su programa El alero quichua, que me había ido muy bien y que me recibieron con los brazos abiertos y estaba muy feliz de conocer su tierra y de reencontrarme con él después de tantos años!
Después de un buen rato de charla, le pedí me regalara alguna canción interpretando su violín, el cual tenía sobre una mesa dentro de su estuche, me dijo… pero niña yo hace mas de un año que no toco el violín, entonces le dije… maestro por un año que no toque seguro no se olvido de interpretar por los tantos años que toco, anímese por favor...
Vaya a saber si puedo volver alguna otra vez a sus pagos para poder disfrutarlo y escucharlo personalmente… entonces con una sonrisa me dijo… mire sobre esa mesita esta mi violín abra el estuche y tráigamelo que algo vamos a hacer… ahí nomás muy contenta fui hacia la mesa abrí con mucho cuidado el estuche, y al abrirlo veo la foto de una señora pegadita en la parte superior o sea en la tapa del estuche, tome el violín y se lo alcance a Don Sixto, mientras lo afinaba, le comente que linda señora la de la foto del estuche maestro, me dijo… era mi madre!
Siempre me acompaño su foto en mi estuche, entonces le comente que Zamba Quipildor también llevaba la foto de su madre, pero la tenía en la carpeta de las letras, y que también siempre la llevó ahí.
Y yo maestro le dije llevo en el estuche de mi guitarra, a la Virgencita de Luján y al Sagrado Corazón de Jesús! Está muy bien me dijo, son una excelente compañía!
Bueno me dice ya esta afinado así que voy a hacer un gatito, meta maestro yo lo voy a acompañar con palmas le conteste… pozo su violín en su hombro y comenzó a tocar… me estaba regalando un gatito para mi!!! Interpreto ese gatito como si nunca hubiera dejado su violín por más de un año dentro de su estuche.
Cuando termino de interpretar su gato, lo aplaudimos con mucha alegría entre su hija, su hijo, y yo, estábamos felices de que después de más de un año, su violín se reencontrara con las manos de su tata!
Me levante de la silla le di un beso y lo abrase agradeciéndole por tan preciado regalo!
Me dijo de nada niña ha sido un gusto para mi!
Y ahí nomás sonriente le dice Don Sixto a su hijo… Rubén trae la guitarra porque quiero volver escuchar cantar a esta niña, entonces le dije…
Gracias maestro por el honor de brindarme un gatito especialmente interpretado para mi, y además usted me pide a mi que yo le regale con mi voz una canción y nada menos que en su casa!
En eso aparece Rubén con su guitarra, y la deposita en mis manos, entonces le dedique la canción a Don Sixto, comentándole…
Maestro voy a cantarle el primer tema que grabe en mi vida, luego de esperar veintitrés años para poder grabar mi primer disco, es una zamba que amo profundamente… Agitando pañuelos…
Juro que nunca antes sentí una emoción tan grande, al cantar en frente de alguien, era tan especial ese momento en mi vida, como lo era la figura que estaba en frente de mí, escuchándome con tanta atención y agrado a la vez!
Sentí hasta un dolor raro en mi garganta, porque era tanta la emoción era de tal magnitud para mi lo que me estaba pasando por dentro en ese momento, como el gran cariño que estuvo siempre en mi corazón por Don Sixto, se me mezclo la emoción, con la ternura que despertaba en mi el maestro, el agradecimiento, su bondad, y me embargo una necesidad de llorar muy fuerte, la cual pude superar y cante como creo que nunca lo había hecho!
Luego me felicito agradeciéndome y dándome un sano consejo… mire niña por más que le cerraran todas las puertas nunca deje de cantar, usted tiene algo especial en su voz, y en su forma de interpretar, no lo abandone por nada, usted siga siempre para adelante!
Luego llego el momento de la triste despedida, Don Sixto ya tenía que ir a descansar, me fui con el corazón inundado de felicidad y también de tristeza, pensando si algún otro día volvería a estar con él, y escuchar su violín al lado mío, luego me dije… no le daré lugar a la tristeza, me quedo con la hermosa he invalorable experiencia del tan preciado regalo que me dio la vida y esta profesión, así lo recordaré por siempre interpretando su violín sereno y sonriente!!!
Quizás los grandes como don Sixto se vayan de este mundo, sin darse cuenta del todo, de la gran magnitud de amor y cariño que le tiene su pueblo!
Más que nunca tenemos que cantar sus obras, recordándolo vivo como lo estará en cada una de sus canciones, por los siglos de los siglos!!!
Yo me llevaré a mi tumba el hermoso regalo que me dio esta profesión, de haberlo disfrutado en persona, haberle dado un beso, un abrazo y estrechar sus manos!
Don Sixto interpretó en su violín un gatito para mí, en su casa, y yo lo acompañe con palmas, luego me pidió que le cantara para él y le cante una zamba, la cual escucho con mucha atención y agrado.
Eso no me lo ha de quitar nadie, yo volé con las alas de mi alma, y pude tocar el cielo con las manos!
Mi corazón esta junto al suyo y al de su familia, los acompaño en sentimiento, mi más sentido pésame a la familia de don Sixto, y a todo Santiago del Estero, mis más sinceras condolencias.
Se nos ha ido hacia una estrella, el Tata de Santiago, del violín y del quichua, desde allí, seguirá iluminándonos con la luz de su alma, nuestro camino, nuestra huella, y nuestros corazones!!!
Lloran las viejas vidalas
el quicha esta de duelo
un violín quedo en silencio
pues Don Sixto se fue al cielo.
De: Juan Carlos Carabajal
Que en paz descanse querido Don Sixto!!!
Mil gracias Don Sixto, por el hermoso he importantísimo legado y ejemplo, que nos ha dejado a todos los argentinos!
Hasta siempre Don Sixto, Dios lo ha de tener en su gloria, le dejo mi corazón en un beso y un fraternal abrazo argentino!!!
Mónica Aicardi.